50 años
Desde 1970 la revista Prisma ha estado en tu hogar para entretener y edificar a tu familia. Aquí te compartimos lo mejor de nuestra trayectoria de 50 años.
Un Legado Verdadero
Ese día, me dí cuenta de que Carlos me seguía enseñando aun sin estar presente
Un matrimonio satisfecho
Contra toda esperanza
La Sangre da vida
Apartado desde el vientre
Descubre el proceso que tuvo Jorge
Tú y tu casa
Del dolor al propósito
Un día asaltó la sede de la Federal de Caminos de San Luis Potosí, ahí se robó una metralleta con municiones
Una venganza fallida
Hubo momentos tan felices, acompañada de mi papá, mi hermano y mis primos, que yo decía: “Estoy tan feliz y contenta que ni necesito a Dios”
Mamá, ¡perdóname!
Si Dios no se hubiera llevado a mi mamá, todo hubiera sido diferente
Nada me llenaba
A la ausencia de amor y protección ahora se añadía esta horrible experiencia
Fui el Cristo de Iztapalapa por nueve años
"El público, los aplausos, la fama, todo aquello era mi vida. Era grandioso el mundo artístico para mí"
La parranda más cara de mi vida
Me había prometido a mí mismo, que si al llegar a los 40 no lograba alcanzar mis sueños, me quitaría la vida
Cuando aún no es tu tiempo
Bony ya llevaba varios días con mucho dolor en el vientre y sangrando. Era tanto su malestar que pensaba que iba a morir y ya había comenzado a ahorrar para el funeral
Un encuentro oportuno y cautivante
La realidad es que me sentía desatendida. Con mis hermanas pasaba buen tiempo de risas, al tiempo que llorábamos al compartir el sentir de abandono
El espanto de la soledad
De las 24 horas del día, ocho dormía, siete estudiaba y nueve convivía con mis amigos que solamente planeaban embriagarse, adulterar, fornicar y cometer atrocidades
El gran cambio en mi familia
Mi mamá sufría más que nosotros, pues mi padre llegaba borracho a casa y la golpeaba terriblemente por falsedades que él mismo inventaba como pretexto. Temblábamos de miedo, sufriendo las consecuencias de esa vida
El suicidio, mi única salida
Le platiqué todo, hasta el grado de pensar quitarme la vida, y él dijo: ¿Con que todos le han fallado?
Mi príncipe se convirtió en sapo
Al tercer día de casados él le dio su primer golpe, y siguieron después puñetazos, cinturonazos y más
Su amor me restauró
Un compañero me invitó a fumar un cigarro de mariguana. Ya no volví a ser la misma. A los pocos meses, rompí las ataduras que parecían limitarme y dejé el hogar que me vio nacer
El diablo había atrapado mi vida
Había convertido a mi esposa en una mujer triste, histérica, sin aliento verdadero, aterrorizada ante mi presencia