¿Te amo?
Foto por Iraís Téllez
Hemos convertido esta expresión en algo tan común que la decimos sin sentido y sin sentirlo
Por Johanna Ochoa
Tengo dos preguntas: ¿Qué tan seguido decimos «te amo»? ¿Cuál es nuestra intención al mencionar estas palabras?
«Te amo» es una de las frases más pronunciadas alrededor del mundo. Se ha vuelto tan común que tendemos a usarla de manera incorrecta. Es triste ver cómo esta declaración tan bella y significativa se ha deteriorado y menospreciado. He aquí tres ejemplos:
1. Decimos «te amo» por impulso y no por elección.
A veces, confundimos el amor con atracción, deseo, pasión o simpatía. Nos dejamos llevar por la emoción y el enamoramiento.
«La verdad sin amor es crueldad, pero el amor sin verdad es hipocresía». —H.B. Charles Jr.
2. Evocamos esta frase por temor o para manipular.
Muchas veces, el miedo a perder a alguien nos hace decir estas palabras, pensando que así, la otra persona se quedará. Es ahí donde caemos en el juego de la manipulación. A veces también se expresa cuando alguien quiere obtener algo y lo hace a través del engaño, con un fin egoísta.
«El egoísmo nos destruye y nos aleja de las personas. El amor es el vínculo perfecto». —John Stott.
3. Mencionamos estas palabras por pura rutina.
Hemos convertido esta expresión en algo tan común que la decimos todo el tiempo sin sentido y sin sentirlo.
«Recordar es fácil para el que tiene memoria. Olvidar es difícil para quien tiene corazón». —Gabriel García Márquez.
¿No sería lindo que al decir «te amo» o al escucharlo de alguien, realmente podamos estar seguros de lo que significa y la razón detrás de ello? Dejemos de decir «te amo» por mera costumbre y sin estar dispuestos a entregarnos. Aprendamos a ser responsables y cuidadosos al expresar nuestro cariño.
Que nuestros «te amo», vengan acompañados de acciones; de nada sirve decirlo si no lo demostramos. Recordemos que hay muchas maneras de mostrar nuestro afecto por otros: compartiendo, cuidando, respetando, valorando, motivando, escuchando, dedicando tiempo, creando momentos. ¡Existen tantas formas de expresar nuestro cariño!
Y sobre todo, busquemos amar de la manera que Dios nos ama. Reflejemos el amor de Él para que así otros puedan conocer el amor de Cristo a través de nosotros.
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