Nunca es tarde para corregir el camino

¿Cómo lograrlo?

Por Sara Trejo de Hernández

En el cuento de Caperucita Roja, ella siguió un sendero equivocado porque escuchó el consejo del lobo. A veces nos sucede lo mismo a nosotros. Algunos caminos nos tienen dando vueltas sin sentido y otros nos alejan de las metas que teníamos en un principio.

¿Qué tipos de senderos existen?

Los caminos que transitamos a lo largo de nuestra vida son múltiples y se forman con cada decisión que tomamos. Por eso un consejo sabio es: «Mira bien por dónde vas, para que tu pie no tropiece». Antes de empezar a caminar, debemos pensar por dónde ir y a dónde queremos llegar.

Cada día es una oportunidad para corregir el camino tomando la decisión correcta.

¿Cómo tomar el mejor camino?

Dios puede guiarnos para realizar nuestras elecciones ««Deténganse en los caminos y miren; pregunten por los senderos antiguos. Pregunten por el buen camino, ¡y sigan por él! Así hallarán el descanso anhelado. Pero ellos dijeron: “¡No lo seguiremos!”» (Jeremías 6:16).

¡Qué pena! Los que recibieron este mensaje decidieron no considerar el consejo de Dios, pero nosotros podemos escuchar con atención y preguntarnos: ¿Los senderos que hemos tomado son de vida? ¿Qué cambios podemos realizar? ¿Cómo lo vamos a lograr?

Ese camino antiguo del que nos habla Jeremías es Jesucristo mismo, quien dijo: «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí» (Juan 14:6).

Él es el camino, no nos vamos a extraviar si lo seguimos. Lo único que tenemos que hacer es ir tras Él.

¿Cómo seguir a Jesús?

Hablemos con Él a través de la oración, escuchemos su voz a través de la lectura de la Biblia, busquemos amistad con otros que también lo siguen y nos podrán animar en el camino. Si le consultamos cada posible decisión, idea o meta, Él nos mostrará lo que es mejor.

Dios sí sabe lo que nos conviene. Pongamos nuestra confianza en Él y sigamos sus caminos. Así andaremos por sendas de vida.