Juegos alrededor de la mesa

Comienza la tradición en tu familia

Por Laura Castellanos 

Uno de los recuerdos más vívidos que tengo de la casa de mis abuelos consiste en las tardes de juegos de mesa que disfrutábamos en las vacaciones. Nos acomodábamos alrededor de la mesa para una partida de UNO o Scrabble y ciertamente, mis hermanas y yo aprendimos valiosas lecciones derivadas de esta experiencia.

Los juegos de mesa proveen muchos beneficios. Pensemos en algunos:

1. Tiempo familiar

Jugar una partida de Damas Chinas, por ejemplo, nos obliga a permanecer juntos por lo menos media hora. En nuestro mundo tan activo donde el tiempo de calidad es un reto, un juego de mesa nos ofrece la excusa perfecta para estar unidos y no divagar o distraernos con otras cosas.

2. Desarrollo de destrezas

Diversos juegos de mesa desarollan nuestra destreza matemática o lingüística. Algunos apoyan la estrategia, otros se basan solamente en la suerte. Mencionemos algunos ejemplos:

  1. Memoria: Ejercita la concentración y la retención de información.

  2. Scrabble: Ayuda a deletrear correctamente y a formar palabras.

  3. Trivia: Repasa conocimientos básicos de distintas asignaturas.

  4. Monopoly: Fortalece la estrategia, la planeación y el razonamiento.

Existen muchos más. Cada uno tiene características especiales y diversos procesos que los hacen además de divertidos, educativos.

3. Desarrollo de habilidades sociales

Los juegos exigen que aprendamos a tomar turnos, a saber perder y ganar, a comunicar nuestros deseos o nuestras frustraciones, a compartir o esperar.

A los niños no les gusta perder. No por eso los adultos debemos dejarnos ganar cada vez. Ellos necesitan aprender que en la vida hay momentos en que uno pierde, pero que podemos superarlo o esperar otra oportunidad.

La tolerancia es una habilidad que se aprende. Los niños se frustran cuando no ganan y desean siempre ser los primeros. Quizá no les hemos enseñado que el valor de una actividad está en sí misma, más que en los resultados. Por ejemplo, cuando jugábamos con mi abuelo, él nos recordaba que lo importante era pasar tiempo juntos y mejorar nuestras propias puntuaciones.

Una nota de precaución: es importante elegir los juegos de acuerdo a la edad. Si en casa hay niños de diversas edades, es importante tener un tiempo para cada uno. Quizá todos puedan compartir un juego infantil, y luego, cuando los más pequeños duermen, los padres y los hijos mayores pueden disfrutar algo más elevado.

Si a nadie le gustan los juegos de mesa en casa, es hora de comenzar una tradición. Los juegos de mesa son ideales para días lluviosos o cuando se va la luz eléctrica. La luz de las velas puede darle un toque especial a este momento.

Los recuerdos que hoy generemos quedarán grabados en la mente de nuestros hijos por mucho tiempo. Yo aún recuerdo a mi abuelo, quince años después de su partida, pues aquellas noches alrededor de la mesa se han convertido en un dulce tesoro que humildemente comparto.


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