Para reír, ¿o llorar?

Entrevista de trabajo

Redacción de Prisma

Miguel y otro hombre solicitaron un empleo y como ambos parecían tener las mismas posibilidades de cumplirlo bien, se les hizo un examen escrito. Resultó que ambos fallaron solo en una pregunta. El gerente avisó a Miguel que el otro solicitante tendría el trabajo. 

“Pero, ¿por qué? Si ambos salimos igual en la prueba”, protestó Miguel.  

“Basamos nuestra decisión, no en las preguntas que contestaron bien, sino en las que no pudieron responder”, explicó el gerente. 

“Exijo saber por qué una respuesta era mejor que la otra”, insistió Miguel. 

“Muy fácil. El otro hombre escribió: ´No sé la pregunta número cinco´ y usted puso: ´Ni yo tampoco´”.

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