Un año de liturgia
Celebremos a Jesucristo todo el año
Por Keila Ochoa Harris
¿Te imaginas un año sin Navidad? ¿O una primavera sin Semana Santa? A final de cuentas, incluso las personas no religiosas organizan sus años alrededor de muchas fechas establecidas por la tradición cristiana, en otras palabras, por el año litúrgico.
¿Qué es el año litúrgico?
La palabra «liturgia», que suena bastante elegante, se utiliza para describir el orden en un servicio eclesiástico, pero también podríamos decir que encierra la idea del «drama de adoración».
Dios estableció siete festivales para el pueblo de Israel que celebraban su salida de Egipto, la cosecha y el nuevo año, entre otras cosas. Cuando surgió la iglesia, comenzaron a usar algunos días para recordar la vida de Jesús, desde su nacimiento, hasta su muerte y resurrección.
Así se creó el calendario litúrgico que, podríamos decir, es como un guion general de las fechas establecidas. Sin embargo, si le das el mismo guion a dos directores obtendrás dos películas diferentes. ¿Por qué? Porque existe un margen para la creatividad y la personalización.
Lamentablemente, así como sucedió en el pueblo de Israel, corremos el riesgo de alterar tanto el guion que dejamos de usar las fechas correctamente y se vuelven tan solo una excusa para estar de vacaciones, comer de más y salir de la rutina. Por ejemplo, el guion se ha alejado tanto de su origen que Papá Noel eclipsa al Niño de Belén.
¿Por qué usar el calendario litúrgico?
Sin embargo, los seres humanos necesitamos ciclos, repeticiones y recordatorios para no olvidar. ¿Y cómo lo hacemos? Rescatando el guion. Pensemos en algunas de las fechas que en un año podemos disfrutar.
Festividades del año litúrgico
Muchos nos hemos apartado de la práctica de la Cuaresma, como un esfuerzo de diferenciarnos de otras tradiciones religiosas. En su origen, se trata de un tiempo de preparación antes de una de las fechas más importantes de nuestro calendario: la Semana Santa.
Una forma en la que podemos alistarnos para recordar el sacrificio de Jesucristo es leyendo los Evangelios para no olvidar quién es Jesús y por qué murió por nosotros. El ayuno también nos puede beneficiar, pues nos ayuda a enfocarnos al abandonar algo que nos estorba para poder centrarnos en Jesús, puede ser algún alimento u otra cosa como una actividad o las redes sociales.
Por cierto, ninguna de estas actividades o festivales se deben usar para señalar a los que no las practican y alzarnos el cuello. Todas deben surgir de la motivación correcta: recordar lo que Jesús hizo por nosotros.
Semana Santa
De todas las fechas, ésta es probablemente la única que cae en las fechas más acertadas pues sigue el calendario judío. Culmina con el domingo de Pascua o resurrección. ¿Qué haces cada año? Es cierto que muchos recordamos cada mes, cada semana, cada día la cruz de Jesús, pero no está de más tener pequeñas tradiciones personales que nos aproximen al guion original. Busquemos lecturas, música y espacios de silencio para dar gracias a Dios por un amor tan grande.
La iglesia ortodoxa, en particular, conmemora el Día de la Ascensión, cuarenta días después de la muerte de Jesús. Una idea para recordarlo es subir una colina, un monte o una montaña para meditar en la divinidad de Cristo. Se suele también comer algún tipo de ave. O intentar algo más simple como tomar un tiempo para contemplar las nubes y leer de nuevo la historia de la ascensión y la promesa de que Jesús vendrá otra vez.
Cincuenta días después del viernes santo festejemos el Pentecostés, la venida del Espíritu Santo y el nacimiento de la Iglesia universal. Puede ser una buena oportunidad para apoyar la traducción de la Biblia a otras lenguas o para visitar otras congregaciones y gozarnos con hermanos de diferentes denominaciones. El Pentecostés vino a revertir lo que perdimos en la Torre de Babel, así que es una buena oportunidad de agradecer a Dios por el regalo del lenguaje.
Finalmente, entre Pentecostés y Adviento parece que no hay muchas festividades, pero en septiembre se festeja el mes de la Biblia, ya que el 26 de septiembre de 1569 se concluyó la impresión de la primera Biblia en castellano. Podría ser una buena ocasión para regalar las Escrituras a algún amigo, vecino o familiar.
El Adviento
Éste nos recuerda la venida de Cristo y se celebra los cuatro domingos antes de Navidad. Una tradición es encender una vela cada domingo para preparar nuestro corazón al meditar en lo que Jesús nos vino a dar: esperanza, paz, gozo y amor. Las decoraciones, música y comida navideña pueden ser un elemento que nos ayude a generar la atmósfera, pero no olvidemos leer las profecías bíblicas que se hicieron sobre el Mesías.
La Navidad
Como todos sabemos, celebra el nacimiento de Cristo. De seguro hemos participado de programas navideños o hemos asistido a reuniones especiales en torno al evento. Sin embargo, no olvidemos personalizar el guion y buscar maneras de profundizar en este día. Recordemos la importancia de que Dios nos dio a su Hijo, y busca maneras de dar y darnos a otros.
La Epifanía
Ésta se celebra en la iglesia ortodoxa , que en nuestros países latinos se conoce como los Reyes Magos. Sin embargo, más allá de los regalos, no olvidemos que los enemigos de Dios trataron de asesinar al niño Jesús. Del mismo modo, ¿cuántos niños no están hoy en peligro debido a la pobreza o la criminalidad? Quizá es una buena fecha para hacer algo a favor de la niñez.
Con la familia o amigos, encontremos fechas para celebrar. Lo importante es regresar al guion original: la vida de Jesús, y utilizar estas oportunidades para hablar de Él a otros y, sobre todo, para conmemorarlo a Él a menudo.
***
Si te gustó este contenido te animamos a explorar los programas gratuitos de Intenzion Camino al pesebre y Camino a la resurrección, cada uno contiene meditaciones guiadas que puedes escuchar mientras caminas.
Celebremos a Jesucristo todo el año