Conectando los puntos
Descubre tu propósito y vive tu llamado
Por Naomi Campos
¿Cuál es el llamado de Dios para tu vida?
Conforme avanzamos en la vida vamos trazando una idea de cuál es nuestro propósito en el mundo y la razón por la que fuimos creados.
El llamado de Dios no se limita a un proyecto o un rol que debemos cumplir en nuestra iglesia local. Nuestro propósito es integral y está profundamente ligado a descubrir quiénes somos en Cristo y el diseño con el que Dios nos creó, para así impactar al mundo como miembros únicos de su Reino.
El proceso para descubrir nuestro llamado puede asemejarse al pasatiempo «Conecta los puntos». Seguro alguna vez tuvimos una hoja de papel con muchos puntos numerados. Estos, en conjunto, representaban una imagen escondida; una sorpresa que invitaba a ser revelada. Estos puntos representan nuestro diseño, habilidades, experiencias y decisiones.
Aunque para muchos este proceso puede parecer un acertijo difícil, hay un camino claro que podemos seguir. A continuación algunos puntos útiles a considerar:
1. Encuentra tu punto de partida
Todo comienza al aceptar a Jesús como tu Señor y Salvador. Éste es el primer paso para entrar en una relación íntima con Dios, quien diseñó tu vida con un propósito eterno.
2. Conoce más a Dios
Cada etapa, decisión y experiencia que enfrentas ofrece una oportunidad para descubrir más sobre quién es Dios. A través de ellas, afirmas tu identidad como su hijo y aprendes a vivir como miembro de su Reino. En las temporadas difíciles, Dios te lleva a depender más de Él y moldea tu carácter.
Caminar en esta constante búsqueda es esencial. En su soberanía y amor eterno el Padre planeó la senda y te diseñó para ir por ella. Él sabe quién eres y en qué te puedes convertir.
3. Alinea tu vida con tu propósito
A lo largo del camino, Dios te revela «partes» de la imagen final. Éstas pueden ser habilidades específicas, intereses, o experiencias clave: como tu carrera profesional, algo que te apasiona, una carga en tu corazón por un grupo específico de personas, una experiencia que te hizo sentir compasión por algún problema en especial, y más.
Observa con atención cómo todo empieza a conectarse y planea pasos y decisiones que te acerquen más a ese llamado.
4. Vive consciente de tu diseño
Aceptar tu diseño significa vivir de manera intencional, considerando tus talentos, virtudes y habilidades como herramientas para glorificar a Dios y bendecir a otros. Es un proceso que requiere atención y esfuerzo para «unir los puntos». El objetivo del llamado no sólo es «hacer» una tarea o cumplir con un rol. Es «ser» un mensaje de vida para otros, esa parte del cuerpo de Cristo que sólo tú o yo podemos ser.
Caminar en la voluntad de Dios es un proceso para toda la vida. Como en el pasatiempo, apenas recibimos la hoja podemos tratar de adivinar de qué figura se trata, pero sólo cuando conectemos los puntos, contemplaremos la imagen con todos sus detalles.
Conocer a Dios es conocerse a uno mismo
San Agustín lo dijo de manera sabia y sencilla: «Concédeme conocerme a mí mismo y conocerte a ti, Señor Jesús». A medida que conocemos íntimamente al Padre, también entenderemos quiénes somos y cómo encajamos en su plan eterno.
¡Unamos los puntos!
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