Tiempito

Foto por Érick Torres

Valoremos la vida

Por Enid Madai Chávez Argott

Hace unos meses, mi mamá llevó a mi sobrino de siete años al parque. Iban caminando y de pronto se encontraron con una abeja agonizante, en el piso. 

La abeja ya había perdido su aguijón así que sólo le quedaban unos cuantos minutos, o incluso segundos de vida. Mi mamá, al ver el sufrimiento de la abeja, inmediatamente la pisó ante la indignación de mi pequeño sobrino, quien reclamó de inmediato: 

⎯¡No! ¿Por qué hiciste eso? ¿Por qué la mataste?⎯ 

Ella le explicó que la abeja estaba sufriendo mucho y «necesitaba» que la ayudaran, a lo que él respondió aún más indignado: 

⎯¿Pero qué no ves que la abejita tenía su tiempito? A ti no te gustaría que te hicieran lo mismo, ¿verdad? ¿Qué tal si tuvieras algo muy importante que hacer? ¿Verdad que no te gustaría que vinieran y te pisaran y ya no pudieras hacer nada?

Todos tenemos nuestro «tiempito» en esta tierra y la verdad, es que ninguno de nosotros sabe cuánto será, pero independientemente de si se trata de muchos años llenos de salud, o de sólo unos minutos más, incluso minutos llenos de dolor, todos tenemos algo muy importante qué hacer, un propósito qué cumplir, un plan divino. 

¡Qué diferente sería todo si tan sólo miráramos nuestra vida con el mismo sentido de urgencia de un niño de siete años! 

Es importante ponernos a cuentas con Dios y buscar cumplir ese propósito para el cual nos creó.

Tal vez Dios nos conceda muchos años más, no lo sabemos, pero aún así ¿por qué no comenzar ahora?

Tomado de la revista Prisma 42-4

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