Seis grandes dones que Dios entrega a sus amigos

Foto por Erick Torres

Descubre cuáles son

Por Luis de Salem

Los valores eternos que comparto, no son todos con los que cuenta la humanidad que cree en el Dios de la Biblia, pero he aquí seis que son mencionados en un breve salmo que es rico en contenidos espirituales, relacionados todos con la vida diaria.

Me refiero al salmo 4, que habla de estos grandes dones que Dios entrega a sus amigos:

1. Oración escuchada por el Creador: “Dios y defensor mío, contéstame cuando te llame. ¡Ten compasión de mí y escucha mi oración... Sepan que el Señor me escucha cuando le llamo” (versículos 1 y 3).

2. Ayuda divina en horas de crisis: “Tú, en mi angustia me diste alivio” (versículo 11). Se trata de una experiencia semejante a la de José, el hijo de Jacob,  vivencia que el narrador sagrado nos da en estas palabras: “Dios me ha hecho olvidar mis sufrimientos... Dios me ha hecho tener hijos en el país en que he sufrido” (Génesis, 41:51-52).

3. Amistad con Dios: “Sepan que el Señor prefiere al hombre que le es fiel” (versículo 3). Dios ama a sus amigos.

4. Examen de conciencia: “Ya acostado, y en silencio, examinen su propia conciencia”, nos aconseja el versículo 4.

5. Liberalidad para ofrendar con alegría: “Ofrezcan sacrificios sinceros y confíen en el Señor”, dice el salmista, haciéndonos ver el valor de las ofrendas y de la confianza en Dios.

6. Tranquilidad: “Yo me acuesto tranquilo y me duermo en seguida, pues tú, Señor, me haces vivir confiado” (versículo 8). ¡Cuánto vale la serenidad! “Tú has puesto en mi corazón más alegría que en quienes tienen trigo y vino en abundancia”, afirma el versículo 7. He aquí una frase admirable, digna de ser enmarcada como adorno para los muros de nuestras casas. Nos enseña, entre otras cosas, que la verdadera felicidad está en la comunión con Dios, no en la adquisición de bienes materiales.

¡Cuánto no ofrecerían algunos de los líderes de este mundo, si tan solo pudieran tener estos seis valores regalados tan abundantemente a los más humildes creyentes en Dios!

Anterior
Anterior

¿Problemas?

Siguiente
Siguiente

La misteriosa historia de un gran misionero