La mentira
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Por Juan M. Isáis (1926-2002)
«Por eso cada uno de ustedes debe desechar la mentira y hablar la verdad con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros». (Efesios, capítulo 4, versículo 25, La Biblia)
Mentir, es destruirse uno mismo interiormente.
Mentir, es causarse heridas profundas, que difícilmente sanan.
Mentir, es engañarse y convertir a los que nos rodean en enemigos implacables.
Mentir, es no tener consideración alguna de uno mismo.
Mentir, nos hace felices por un momento pero infelices para toda la vida.
Mentir, es traicionar la conciencia que por más educada que esté, siempre es promotora de la verdad.
Mentir, es perder a los amigos, que nos dieron sin reserva su confianza.
Mentir, es contribuir al desastre de nuestra personalidad y al desencanto de los que nos rodean.
Mentir, es acelerar la muerte de nuestro verdadero yo.
Mentir, es cancelar las mayores posibilidades de progreso.
Mentir, es meterse en un callejón cuya única salida es la muerte de nuestro carácter.
Mentir, es el arma que nos asesina y al mismo tiempo nos mantiene vivos.
«No se mientan el uno al otro. No juren falsamente en mi nombre, ni profanen así mi nombre. Yo soy el Señor, su Dios» (Levítico, capítulo 19, versículos 11 y 12, La Biblia).
Tomado de la revista Prisma 43-3, mayo-junio 2015