El súper poder o la locura
Descubre de qué lado estás
Por José del Rivero
Un buen día, mientras estaba en el trabajo, una persona a mi lado leía un libro titulado: Hablé con Dios. El lector, tratando de hacerme la conversación dijo: «Qué increíble sería hablar con el mismísimo Dios y oír su voz!».
Yo, sin despegar la vista de la pantalla y en automático dije: «Yo platico con él todos los días».
Años después, esta persona me comentó que en ese momento pensó que estaba hablando con un desquiciado con aires de grandeza o un ser humano con súper poderes. Por supuesto que no es así.
Es sorprendente la oportunidad que tenemos como cristianos de hablar con el Creador del universo y saber que efectivamente nos escucha. También es admirable que escuchemos su voz por medio de su Palabra o por situaciones en nuestra vida.
Pero no lo valoramos. Estamos tan acostumbrados a este privilegio que no lo apreciamos y en ocasiones hasta nos fastidia, al grado que preferimos hacer cosas menos importantes.
El hablar con Dios parece locura, pero el poder hacerlo y no practicarlo es completa insensatez.
Tomado de la revista Prisma 43-3, mayo-junio 2015