El súper poder o la locura

Foto por Marian Ramsey

Descubre de qué lado estás

Por José del Rivero

Un buen día, mientras estaba en el trabajo, una persona a mi lado leía un libro titulado: Hablé con Dios. El lector, tratando de hacerme la conversación dijo: «Qué increíble sería hablar con el mismísimo Dios y oír su voz!».

Yo, sin despegar la vista de la pantalla y en automático dije: «Yo platico con él todos los días».

Años después, esta persona me comentó que en ese momento pensó que estaba hablando con un desquiciado con aires de grandeza o un ser humano con súper poderes. Por supuesto que no es así.

Es sorprendente la oportunidad que tenemos como cristianos de hablar con el Creador del universo y saber que efectivamente nos escucha. También es admirable que escuchemos su voz por medio de su Palabra o por situaciones en nuestra vida.

Pero no lo valoramos. Estamos tan acostumbrados a este privilegio que no lo apreciamos y en ocasiones hasta nos fastidia, al grado que preferimos hacer cosas menos importantes.

El hablar con Dios parece locura, pero el poder hacerlo y no practicarlo es completa insensatez.

Tomado de la revista Prisma 43-3, mayo-junio 2015

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