El papel de la mujer en la familia
Logra un buen papel
Por Sara Trejo
La organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró el 2014 como Año Internacional de la Familia. Esta es la segunda vez que se instituye esta celebración. La primera fue en 1994.
A través del tiempo a la familia se le ha considerado como algo privilegiado, la unidad básica de la sociedad humana. En este importante núcleo, ¿cuál es el papel que tiene la mujer?
En las generaciones pasadas, las mujeres no tenían problema con el rol que jugaban como esposas y madres, pero a raíz de la revolución industrial, muchas cosas han cambiado. Las oportunidades para estudiar y trabajar se han abierto para el sexo femenino y esto ha causado un giro total a las tareas familiares.
Tengo 41 años de casada y en este tiempo he visto que como mujer tengo un lugar esencial. Puedo construir o destruir mi hogar, como dice Proverbios capítulo 14, versículo 1: «La mujer sabia edifica su casa; Mas la necia con sus manos la derriba».
¿Cómo consigo ser una mujer que construye? La Biblia enseña que: «El principio de la sabiduría es el temor de Jehová» (Proverbios capítulo 1, versículo 7). Así que debo empezar por tener una relación cercana con Dios. Esto implica nutrirme con su Palabra, orar, asistir a la Iglesia y obedecer en todo lo que él me va mostrando.
Lo que he aprendido en estos años se resume en tres palabras: amor, decisión y esperanza.
Amor
Tito capítulo 2, versículos 3 y 4 invita a que: «Las ancianas. . . enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos».
El amor descrito en 1 Corintios capítulo 13, no es un sentimiento, sino una decisión para buscar el bienestar del otro. Con los hijos, a veces amarlos significa corregirlos, ponerles límites y quitarles privilegios.
Vi una película en la que muere una pareja dejando a sus hijos bajo la tutela de una hermana de la esposa. Ella es soltera y no tiene idea de cómo educar a los niños. Teme ponerles límites porque no quiere perder su cariño, pero en el proceso aprende que el bienestar de ellos requiere que ella sea estricta.
Como esposa, he errado muchas veces. Soy muy inquieta y quiero estar ocupada en actividades fuera de casa, tomando cursos, o colaborando en la Iglesia, pero en ocasiones esto ha afectado el tiempo con mi esposo.
Un día que me quejaba, con una buena amiga, de que mi esposo no quería que hiciera una de esas múltiples cosas, me dijo: «¿Ya te diste cuenta de que tu esposo es tu primer ministerio?». Me dolió en lo profundo del alma, porque tenía razón. Me estaba comportando muy egoísta pensando en mí y hasta metía al Señor en el asunto, porque mi argumento era, si Dios me dio ese don, debo desarrollarlo.
En la actualidad, tengo muchas oportunidades pero a veces eso me hace perder la perspectiva.
¿Cómo le muestro amor a mi pareja? Por ejemplo: A mi esposo le gusta que cuando él llega a la casa, yo esté allí para recibirlo. Que le prepare postres y comida adecuada para él, porque no puede comer cualquier cosa.
Como tengo una hernia de disco, para cuidarme no me deja cargar cosas pesadas o mover muebles, así que cuando me ve hacerlo se molesta. También le disgusta que le hable desde otra habitación, él necesita el contacto visual para comunicarse.
No me comporto sabiamente cuando sabiendo lo que a él le disgusta lo hago una y otra vez. Mi familia es mi prioridad.
Decisión
Cada una de mis determinaciones tiene repercusiones. ¿A qué hora me levanto? ¿Cómo me voy a vestir? ¿Qué prepararé para desayunar, comer o cenar? ¿Haré ejercicio? ¿Cuánto tiempo? ¿Iniciaré la dieta? ¿Iré de compras? La lista es interminable.
En mi relación familiar cada instante requiere de una resolución. Puedo tomar las riendas y edificar o dejar que la ruina tome el control.
Por ejemplo: Puedo alimentar a la familia con frutas, verduras, carnes bien preparadas o darles pastas instantáneas, cajitas felices, pollo frito, pizzas y refrescos.
En vez de salir de paseo, jugar o leer con los hijos, dejar su entretenimiento en manos de la televisión, las redes sociales y el celular.
En cuanto a mis actitudes puedo explotar o mostrar dominio propio, perdonar o vivir recriminando cosas del pasado, ser cariñosa o áspera.
En el uso de mi tiempo, ¿escojo buscar al Señor o ver la telenovela?
Cuando estaba aprendiendo a conducir iba a cruzar una calle y en eso apareció un taxista, el golpe era inevitable así que ni siquiera frené. Aprendí que en mi vida debo controlar el auto y no dejarlo impactarse.
El esfuerzo siempre reditúa. El amor y las decisiones adecuadas son como una semilla que un día producirá un grande y frondoso árbol. Sin embargo, esta tarea no es para realizarla sola, él único que puede ayudarme a mantener mi determinación es Jesús.
Esperanza
Cuando las cosas van bien es fácil tomar buenas resoluciones y mostrar amor a todos en casa, pero cuando me enfrento a enfermedades, desilusiones, pérdidas y dificultades, es entonces que soy probada.
Familias enteras se separan ante una enfermedad terminal de la madre, la muerte de un hijo o la bancarrota. Existe un dicho que expresa: «Cuando la pobreza entra por la puerta, el amor sale por la ventana».
Por estas razones es importante que sea sabia y establezca una relación cotidiana con Dios, pues Él es la provisión para esos momentos.
Como dice Jeremías capítulo 29, versículo 11: «Yo sé los planes que tengo para ustedes, planes para su bienestar y no para su mal, a fin de darles un futuro lleno de esperanza. Yo, el Señor, lo afirmo».
Él conoce mis circunstancias y el desenlace de las mismas, solo tengo que confiar en Él. Así que puedo amar, tomar buenas decisiones y tener esperanza, y siempre saldré adelante.
Tomado de la revista Prisma 42-3