Cristianos en la luna
Descubre qué harían
Por Javier Campos Carrillo
Si fuera astronauta y me enviaran a la luna, ¿qué condiciones adversas tendría que enfrentar?
Por ejemplo la falta de atmósfera (lo que provoca que los rayos solares sean más agresivos), lluvias de meteoritos (o sea más pedradas), una gravedad diferente, falta de oxígeno, una tierra lunar (¿tierra lunar?) agreste sin posibilidades de producir nada, la falta de agua y más.
Me pregunto si siendo cristiano me afectaría todo eso. Y si tuviera fe en que nada de esto me iba a trastornar, ¿cambiaría mi situación? ¿Habría por generación espontánea una atmósfera, gravedad o agua? ¿Le reclamaría a Dios por la falta de esos elementos? ¿Me cuestionaría por qué pecado cometido estaría sufriendo todo esto? ¿Por ser astronauta?
Obviamente la única posibilidad de volver a tener todo sería regresar a la Tierra, ¿o no?
¿Nos hemos preguntado qué fue lo que les pasó a Adán y a Eva cuando fueron expulsados del jardín del Edén? En Génesis capítulo 3 se hace referencia a las consecuencias que tuvieron que enfrentar al ser expulsados a una tierra que no los recibió con los brazos abiertos. Entre ellas: «. . . maldita será la tierra por tu causa. . .», la muerte física (la espiritual ya se había dado), enfermedades y más.
¿En qué planeta vivimos? ¿Acaso no es una tierra afectada todavía por el pecado, por el príncipe de este mundo, por la muerte, enfermedades, traición, mentira y más?
No negamos la obra de Jesucristo, ni su cuidado, ni sus milagros, ni lo que él hace y puede hacer. Pero lo cierto es que sí llega a afectar nuestro entorno y no es por falta de fe. Simplemente es porque estamos en medio de una tierra que nos es adversa.
Dios no nos ha abandonado, incluso él mismo nos prometió: «. . . en el mundo tendrán aflicción, pero confíen, Yo he vencido al mundo. . .» (Juan capítulo 16, versículo 33).
Tomado de la RP 43-4, julio-agosto2015