Nysa
Ciudad Griega en el Anatolia
Texto y fotografía por Artemio García
El geógrafo e historiador Estrabón comenzó su vida estudiantil en Nysa, ciudad considerada un centro de aprendizaje importante, durante el primer siglo después de Cristo. Según el erudito, la ciudad fue fundada por tres hermanos que llegaron desde Esparta en la península Peloponense entre los siglos 6 al 3 a. C. Establecieron tres pueblos con sus propios nombres pero después de un tiempo se consolidaron como una sola ciudad.
La ciudad se desarrolló en el ámbito cultural, sobre todo en el período romano. Por esto una de las obras más visitadas es el edificio de la biblioteca, que consta de dos pisos con nichos donde se ponían los libros en rollo en las paredes. Este recinto, tras el de Celso en Éfeso, es el edificio más protegido de Anatolia.
La ciudad rendía culto a Dionisio, el “dios Neceo”, quien según la mitología griega fue criado por las ninfas en Nicea. Después de varios altibajos y depredaciones de sus anteriores civilizaciones, Nysa se reconstruyó en el siglo III antes de Cristo, por Antíoco I, quién la nombró así en honor a una de sus esposas.
Como eran frecuentes las inundaciones, la ciudad estaba dividida en dos partes unidas por un puente. El río que la atravesaba se canalizó por medio de un túnel de 115 metros de largo, el cual llegó a ser el segundo más largo de su tipo en la antigüedad y a la fecha se encuentra bien preservado.
Junto al teatro se hallaban dos gimnasios, uno para jóvenes y otro solo para adultos. En uno de ellos durante la época Bizantina fue construida una terraza. Aún se conservan los bajo relieves mitológicos del área del teatro los cuales atraen de manera particular la atención de historiadores y artistas.