El matrimonio

Foto por Andrea Hernández

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¡El matrimonio es la institución establecida por Dios para que aprendas a amar a tu enemigo!

Por Susana Chow 

La vida no tiene contradicciones solo paradojas.

Una paradoja son dos verdades en aparente contradicción. Tú no opinas igual siendo rico que siendo pobre, siendo letrado que siendo analfabeta.

Las paradojas más evidentes son las parejas, por eso los grandotes se casan con las chiquitas, los feos con las bonitas, los desordenados con las ordenadas, los ahorradores con las gastalonas y viceversa.

Esto se debe a que la sexualidad no es sexo y la unidad no es igualdad sino complementariedad.

Para que dos seres sean complementarios tienen que ser opuestos. Por definición tu enemigo es tu opuesto: “Aquel que no piensa como yo, no opina como yo, no le gusta lo mismo que a mí y más”.

Por lo tanto para que tu pareja sea tu complementario debe de existir el amor. Aquel amor que el apóstol Pablo describe:

“El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser.” (1 Corintios capítulo 13, versículos 4 al 8).

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