Grandes Mujeres de la Fe: Corrie Ten Boom
Un legado de valentía
Por Keila Ochoa Harris
La Infancia de Corrie Ten Boom
Corrie Ten Boom, nació el 15 de abril de 1892. Fue la hija de un relojero holandés y creció en una familia temerosa de Dios. A los cinco años, entregó su vida a Jesús.
Nunca llegó a casarse, pero Dios había preparado una misión especial para ella.
La Misión de una Familia Valiente
Su abuelo había iniciado reuniones de oración a favor de los judíos un siglo antes, y esa fe se manifestó cuando Corrie, su padre y su hermana Betsie decidieron esconder y proteger a los judíos durante la Segunda Guerra Mundial. Sin temor, desafiaron al régimen nazi.
Traición y Prisión
El 28 de febrero de 1944, la familia Ten Boom fue traicionada y arrestada. Su padre murió diez días después en prisión, mientras que Corrie y Betsie fueron enviadas al campo de concentración de Ravensbrück, Alemania.
Fe y Esperanza en el Campo de Concentración
A pesar de las circunstancias, ambas se aferraron a su fe. Para Betsie cada circunstancia provenía de Dios. Le daba gracias por mantenerlas juntas en el campo y agradecía que no les hubieran quitado su Biblia, la que escondían entre sus pertenencias y leían por las noches. Organizaron reuniones clandestinas para predicar el Evangelio y confortar a las prisioneras.
Para su sorpresa, la estricta vigilancia que padecían en otros sitios, parecía no existir en su dormitorio. Luego descubrió que los guardias no las molestaban porque tenían el cuarto infestado de pulgas.
«¿Ahora comprendes por qué debemos dar gracias, aun por las pulgas?» le preguntó Betsie.
Durante su vida, Dios le dio a Corrie grandes enseñanzas sobre el tiempo. Un día Betsie le dijo: «Corrie, cuando llegue el nuevo año ambas seremos liberadas. Dios me ha mostrado una visión. Debemos ir por todo el mundo y decirles a todos que no hay hoyo tan profundo que el amor de Dios no pueda alcanzar».
Sus palabras resultaron proféticas. Ese nuevo año, ambas alcanzaron la libertad: Betsie falleció y Corrie abandonó el campo de concentración.
Un Ministerio de Sanidad y Perdón
En memoria a las palabras de su hermana y a una promesa que había hecho a su Señor, dedicó el resto de su vida a predicar, escribir y contar a otros sobre su amado Salvador. ¡Este ministerio empezó a sus cincuenta y tres años de edad!
El Tiempo en las Manos de Dios
Corrie encontró el secreto para vivir sin ansiedad: confiar en que Dios tiene el control. Se dice de ella que «actuaba con una certeza absoluta, con la convicción de que sus días estaban ya ordenados y que solo debía recibir las instrucciones del Señor y limitarse a seguirlas».
La hija del relojero aprendió más lecciones sobre el tiempo en la edad madura. Comprendió que Dios había querido llevarse a Betsie y dejarla a ella. Entendió que le había encomendado una misión de sanidad y perdón. No permitió que el tiempo la esclavizara, sino que aceptó la voluntad divina.
Una de sus frases icónicas fue: «Aprende a ver las cosas grandes con la amplitud debida y las pequeñas con la restricción apropiada».
El Final de una Vida Puntual
Corrie falleció el 15 de abril de 1983, el día de su cumpleaños, a los 91 años. Su partida fue tan puntual como su vida, sellando su legado de fe y obediencia a Dios.
No podíamos esperar menos de Corrie. Al contrario de la costumbre en que la novia llega tarde a la ceremonia, Corrie arribó puntualmente a la presencia de su Amado.
Después de una vida familiar en una relojería en Holanda, las atrocidades de un campo de concentración, una cama de inválida, de ser visitante de prisiones, palacios y detrás de la cortina de hierro, de desempeñarse como escritora, actriz y conferencista, noventa y un años más tarde, Corrie por fin llegó a casa. Y llegó a tiempo.
Lecciones sobre la vida y el tiempo
Hoy en día, vivimos en una lucha constante con el tiempo. Corrie Ten Boom nos dejó una gran lección: no debemos ser esclavos del tiempo, sino confiar en que Dios dirige cada momento de nuestra vida. Nos recuerda que el tiempo está en sus manos y que nada sucede sin su autorización. ¡Él es el dueño del tiempo!