Club de mamás

Foto por Marian Ramsey

Tengo membresía en varios clubes

Por Laura Castellanos 

El club de las madres perfectas.

Confieso que asisto poco a este club, aunque pareciera que algunas amigas mías no salen de allí. En este club todo sale bien: hijos obedientes, esposo amoroso, casa limpia. Pero me he dado cuenta de que cuando estoy en él, suelo volverme un poco crítica de las mamás en otros clubes. Admito que no me siento muy en confianza con las madres que pasan mucho tiempo ahí, quizá porque en el fondo sé que soy un fraude, pues no soy una madre perfecta.

El club de las madres fracasadas.

Me siento más cómoda en este club, donde las madres reciben reportes de sus hijos por mala conducta y platican con la maestra más de una vez al mes. En ocasiones su casa es un desorden y no hay comida preparada. Lo malo de pasar mucho tiempo en este club es que una se puede deprimir.

El club de las madres sin identidad.

En este club somos «la esposa de…» o «la madre de…» pero al parecer es lo único que nos hace especiales. Las madres en este club a veces soñamos con fugarnos una temporada para que nos aprecien en casa o para descubrir quiénes somos. Algunas, prácticamente nos hemos vuelto invisibles y otras nos hemos conformado con el rol que otros nos asignan.

El club de las madres profesionistas.

Todas traemos un gafete con nuestros éxitos laborales. Somos contadoras, abogadas, dueñas de tiendas o secretarias. Algunas trabajamos por gusto, la mayoría por necesidad. Sin embargo, a pesar del sueldo y los triunfos alcanzados, muchas nos regresamos con frecuencia al club de las madres fracasadas, porque trabajar implica dejar a los hijos en casa y no estar ahí para ellos.

En resumen, ningún club es ideal. Pero he aprendido que es de locos pertenecer a los cuatro y que existe un camino mejor.

Tomemos en cuenta que habrá días de «súper mamá» en que todo salga bien y luego vendrán aquellos en que nos sentiremos fracasadas. Sin embargo, siempre podremos aprender de nuestros errores.

Nuestros roles no definen nuestra identidad. Como mujeres, en su momento, seremos madres, esposas o profesionistas, pero solo son etapas en nuestra vida. Un día los hijos se irán del nido o quedaremos viudas o nos jubilaremos. Nuestra identidad debería estar anclada en Dios quien nos creó y no en el papel que desempeñamos. 

El mejor camino es aquel que se comparte con otras, con sus montañas y valles, risas y lágrimas, el que va más allá de las etiquetas.

¡Caminemos juntas!


Tal vez también te interese leer:

Cero lágrimas   (Ayudar a los hijos a lidiar con el dolor)

Ser mamá cambiará tu vida    (Descubre la razón)

6 llaves prácticas para cuidar a tus hijos   (Considera estos consejos)

La mamá y la vida espiritual de los hijos    (Lee estos consejos probados para lograr que tus hijos conozcan personalmente a Dios)

59 Cualidades de una madre   (Cuáles poses y cuáles encuentras en tu mamá)

Amar con las manos   (Lo que los hijos necesitan)

Consejos para la madre soltera   (Estos te pueden ser útiles, considéralos)

Una madre instruida   (Sigue los consejos)

Cantidad y calidad  (En cuestión de hijos ambos son importantes)

Anterior
Anterior

5 de mayo

Siguiente
Siguiente

Un mundo sacudido