No te afanes

Foto por Paola del Castillo

Sigue los consejos

Por Sarah Agee

Por lo tanto, te digo que no te afanes por tu reputación, qué tan bien hiciste tu trabajo o si sacaste puros dieces. ¿No es la vida más que un trabajo bien remunerado y el estudio más que las calificaciones? Ve a los niños. Ellos no se preocupan por juntar puntos de popularidad o si alguien se ofendió por lo que dijeron. Y aun así, Dios los hace preciosos.  ¿No eres tan amado como ellos?

¿Quién puede añadir un milímetro de valor a su vida por sentirse culpable? Así que ¿por qué te preocupas de lo que otros piensan? Observa a tu sobrino Leo de dos años.  Él no trata de adivinar lo que otros piensan de él, sino que simplemente es él mismo. Te digo que ni aún el diplomático más entrenado es tan bello como él. 

Si Dios embellece la personalidad de Leo, quien aún no entiende la diferencia entre el bien y el mal, ¿no crees que te defenderá cuando tú compartes tus firmes convicciones con otros?  Así que no te afanes diciendo: ¿Hice lo correcto? ¿Dije lo correcto? O ¿Qué si ofendí a alguien? Porque las personas inseguras buscan la aprobación de otros, pero el que le da el verdadero valor a tu vida es Dios. 

Entonces, primero busca la verdad y voluntad de Dios para tu vida y los demás te verán con gusto y serán edificados. 

Por lo tanto, no le des tantas vueltas a las decisiones que has tomado porque éstas ya están hechas. Cada momento tiene suficientes ideas nuevas que atender.  

¡Espíritu Santo, dame la fortaleza y gracia para vivir de esta manera!

Adaptación de Mateo 6:25-34 por Sarah Agee

Tomado de la revista Prisma 42-5

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