Diamantes y mujeres

Foto por Andrea Hernández

Descubre las semejanzas

Por Velina Rivera

¡Nos parecemos! Algunas maravillosas coincidencias son:

  1. Ambos contamos con talla, peso, color y pureza.

  2. Un diamante es una joya de tal dureza que requiere de otro igual para ser tallado. Las mujeres también necesitamos ser talladas para convertirnos en hermosas joyas. Dios usa a otros en nuestra vida de modo que las relaciones siempre nos dan la oportunidad de ser mejores.

  3. Los diamantes en bruto no poseen ningún atractivo, pero en manos de un experto se convierten en una hermosa joya. Las mujeres también requerimos de Dios, el gran especialista, para ser transformadas en una bella persona.

  4. Un diamante es un pedazo de carbón que al ser sometido a gran presión y calor se transforma en algo precioso. Su composición química le permite reflejar la luz de un modo que cautiva al que lo ve. Las mujeres también cuando estamos bajo presión, reflejamos lo que hay en nuestro interior, que puede brillar de forma cautivadora si dejamos que Dios obre en nuestra vida.

No cabe duda, los diamantes y las mujeres nos parecemos mucho.

Tomado de la revista Prisma 43-2, marzo-abril 2015

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