¿Día bueno o malo?
¿De qué depende?
Por Cesia Carrillo Clemente
Un día soleado y despejado por algunas personas es catalogado como un «buen día». Sin embargo, un día lluvioso y con frío, es considerado por muchos como un «día feo».
¿Qué define un día como bueno o malo? Ciertamente el clima influye en nuestro estado de ánimo. Pero esto se rompe en gustos y percepciones. Porque hay gente que disfruta la lluvia y el frío, pues lejos de ser un día melancólico y triste, para ellos es un día romántico y alegre.
Para quienes amamos a Dios, un día lindo se define por la gratitud. Cada mañana al despertar debemos agradecer a nuestro Creador y Señor por sus nuevas misericordias y el darnos una oportunidad más para adorar y compartir de su amor.
El Salmo 103, versículos 1 y 2 dice: «Bendice, alma mía, a Jehová y bendiga todo mi ser su santo nombre. Bendice, alma mía a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios».
Ciertamente hay momentos en los que no queremos bendecir. Quizá cuando en un día lluvioso un carro nos «baña» mientras caminamos por la banqueta; o quizá cuando tenemos que caminar un tramo largo y sentimos que el sol nos quema la piel.
Siendo honestos, en esos casos no nos pasa por la cabeza el bendecir. Pero esa es la razón por la cual el salmista le recuerda a su alma que tiene que bendecir a Jehová. Porque Él es quien perdona nuestro pecado, y nos da vida eterna. Además uno de sus muchos beneficios es el clima, un día soleado o con lluvia.
Si cada mañana, cada instante, en vez de quejarnos por la situación climática, damos gracias a Dios por su nueva misericordia. Nuestro día, pese a cualquier cosa, lo podremos definir como un «excelente día».
Tomado de la revista Prisma 42-4