CTRL + Z

Foto por Sara Trejo

¿Cómo aplicarlo a nuestra vida?

Por Cesia Carrillo Clemente 

Al redactar un texto en la computadora, siempre hay muchos errores u horrores que enmendar. Para mejorarlo, adaptarlo y deshacer las equivocaciones ocupamos la tecla «Backspace», o bien podemos acudir a la combinación que nos salva, Ctrl+Z.

Estas dos teclas enmiendan nuestros errores. Y no importa cuántas veces las necesitemos, podemos acudir a ellas. La cosa es que aunque borremos lo que está mal, puede quedar almacenado en el registro de cambios al documento.

En nuestra vida, en nuestro disco duro, guardamos muchísimas fallas que parecen imborrables. Nos encantaría que fuera tan fácil eliminar las «metidas de pata» como con el teclado de la computadora. Aunque por más que ocupemos combinaciones (como poner nuestra mente en blanco, y ponernos de cabeza o hacer ejercicios para equilibrar nuestro cuerpo, vida, mente y alma) se puede decir que solo se van a la «bandeja de basura» pero en cualquier momento vuelven a salir a la luz. 

Un simple Ctrl+Z, no aplica en nuestra vida. 

Existe algo más grande que las teclas: Jesucristo, una de las 3 personas de la Trinidad, en su infinito amor pagó el precio por nuestro pecado y entregó su vida a cambio de la nuestra para que al acudir a él, y confesar arrepentidos nuestros pecados, seamos salvos. 

Una vez que nos hemos acercado a Él, en fé el Señor se encarga de hacernos nuevas criaturas si creemos en Él y confesamos nuestros pecados.

«De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas» (2ª Corintios 5:17).

La fórmula para que nuestra vida sea nueva y mejorada es:

Aceptar que somos pecadores, (que la hemos «regado») + creer que sólo Cristo es quien nos perdona y tiene el poder de cambiarnos + confesar que es el Señor + creer que él murió y resucitó + permanecer en Él  = Nuevas Criaturas.

Una vez que hemos hecho esto, no quiere decir que no volvamos a cometer una falta, sino que ahora dejaremos que Cristo sea quien escriba en nosotros. Así dejaremos de escribir el guión de nuestra vida y le permitiremos a él tener el control. Busquemos su rostro día a día pues él también es el hacedor de historia. 

Solo Cristo puede obrar un Ctrl+Z definitivo en nuestra vida.

Tomado de la revista Prisma 42-1

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