Sardis,

Texto y fotografía por Artemio García

Texto y fotografía por Artemio García

Una ciudad real

Por Artemio García

Una de las zonas arqueológicas más gratificantes de Turquía es Sardis, conocido con el nombre de Sart, enmarcada en un medio ambiente bien conservado que resulta un gran punto turístico.

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Las excavaciones datan del año 1909 y aunquefueroninterrumpidasacausadela I Guerra Mundial, fueron reanudadas en el año 1958 encontrando estatuas, inscripciones, joyas, monedas, tarros de ungüento, alfarería, candeleros y cabezas de león de bronce.

Las ruinas quedan divididas en dos por una carretera.

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La zona norte está ocupada por un camino monumental flanqueado por tiendas, un gimnasio y una sinagoga que datan de la época de asentamientos judíos en Sardis. Siguiendo el camino se encuentran las ruinas de un teatro helénico y un estadio. Entre los templos destacaba el de Artemisa, según la mitología la diosa de la fertilidad y hermana gemela de Apolo. En las inmediaciones se conserva el altar, una torre de mármol de la época de Antíoco III (finales del siglo III antes de Cristo) y ruinas bizantinas. A cierta distancia se enclava una necrópolis, en la que destacan dos grandes túmulos antiguos.

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En la antigüedad Sardis fue fundada por el rey Lidio Gyges (680-644 a.C.), el cual la hizo capital del reino de Lidia. Sus vastos huertos frutales, sus industrias textiles, sus fábricas de joyería

y su riqueza en minas de oro la convirtieron en una de las ciudades más ricas y poderosas del mundo antiguo. Se dice que en Sardis se acuñaron las primeras monedas del mundo.

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La ciudad fue capturada por el rey Ciro en el año 546 a.C. y después por Alejandro Magno en el 334 a.C. Más tarde Roma la controló y fue convertida al cristianismo durante el primer siglo después de Cristo. La ciudad sobrevivió hasta que Temerlan arrasó el país en 1402 quedando de pie solo la pequeña aldea de Sart hasta el día de hoy.

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