El tiempo se administra
No desperdicies las perlas, los rubíes y los diamantes que te da la vida
Por Sara Trejo de Hernández
Un hombre viejo lloraba sentado en un camino. Un joven que pasaba por allí se detuvo y le preguntó: «¿Qué le pasa? ¿Por qué llora?”. A lo que el viejo respondió: “Descubrí que los segundos son como perlas, los minutos como rubíes y las horas como diamantes. Pero yo he desperdiciado muchos de ellos y eso me da mucha tristeza».
Ese hombre tenía un gran problema, había descubierto algo muy importante, pero no le había servido de nada porque seguía administrando mal ese regalo llamado tiempo, derrochándolo en lamentaciones, en vez de emplear de manera sabia la vida que le quedaba.
El tiempo es un bien irrecuperable. El segundo de ahora mismo ya no existe. Si no se aprovecha se pierde para siempre. Es por eso que es oportuno seguir el siguiente consejo: «Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos» (Efesios 5:15-16).
Para ser diligente se requiere de una buena administración. ¿Cómo vas a emplear tus rubíes, perlas y diamantes? Conocí a una mujer sabia, que cada vez que alguien le decía: «Perdón por quitarle el tiempo», expresaba: «No lo pierdo, lo invierto». Puedes invertir o perder: es una elección de cada instante. Puedes dejar una huella positiva o negativa en lo que haces y en la gente que te rodea.
En la Biblia, en el Antiguo Testamento la palabra tiempo aparece 432 veces y en el Nuevo Testamento 173, por lo que parece que a Dios le importa mucho que se considere con seriedad todo lo referente a este tema.
A lo largo de la historia han existido hombres que emplearon su tiempo para amasar grandes fortunas, como Aristóteles Onassis. Sin embargo, un gran número de las generaciones posteriores ni siquiera han escuchado ese nombre.
Por otro lado, Jesucristo, quien cambió el curso de la historia, no desaprovechó ni un minuto de su existencia. Vivió con propósito cada instante y amó a su prójimo al grado de dar su vida por la humanidad, marcando su existencia con amor, gozo y paz.
Tal vez a la fecha te sientas como el anciano de la historia. Pero no tiene que seguir siendo así. El éxito se obtiene al acumular aciertos, escogiendo de manera adecuada en qué vas a usar los 86 400 minutos que recibes cada día.
Así que empieza hoy. Evalúa tu administración de tiempo, haz los cambios necesarios, establece las metas a alcanzar y pon manos a la obra. Son tus joyas, aprovéchalas al máximo.