La mentira

¿Dónde nace la mentira? ¿Existen mentiritas blancas? ¿En ocasiones es válido mentir?

Por Sally Isáis 

LECTOR 1 ¡Qué gusto verte, Ananías!  ¿Cómo has estado? 

LECTOR 2 Muy bien. Vengo a traerle una ofrenda. Vendimos la casa de campo y aquí está todo el dinero. Queríamos darlo todo para la causa.  Estoy muy emocionado. 

LECTOR 1 Ay, Ananías, ¿por qué dejaste que Satanás llenara tu corazón y le mintieras al Espíritu Santo? Bien sabes que el precio de venta fue más. Nadie te obligó a dar esta ofrenda. La casa era tuya antes de venderla y aun vendida, el dinero era todo tuyo. No nos has mentido a nosotros, sino a Dios. 

1 Y 2       Al instante, Ananías cae muerto. Al poco tiempo llega su esposa. 

LECTOR 1 Hola Safira. Oye, ¿vendieron su casa en un millón? 

LECTOR 2 Si, Pedro, fue un millón. 

LECTOR 1 ¿Por qué aceptaste mentirle al Espíritu Santo? Aquí están a la puerta los que acaban de sepultar a tu esposo y también te enterrarán a ti. 

1 y 2       Al instante, Safira cae a los pies de Pedro y muere. 

LECTOR 2 Cuando los demás oyen lo que ha pasado, tienen gran temor. 

LECTOR 1 ¿No se te hace un poco exagerado el que hayan muerto por decir una mentirita blanca? 

LECTOR 2 En realidad estaban haciendo algo muy generoso. En buen plan, nadie vende sus propiedades para darlo todo a la Iglesia, cualquier cantidad debería ser bien aceptada. 

LECTOR 1 Yo creo que a veces la Biblia es muy intolerante. Digo, yo los hubiera perdonado. A veces como que no te queda de otra mas que decir una mentirita, ¿no crees? Imagínate si hoy nos pasara lo mismo.  

LECTOR 1 Y 2     ¡IMAGÍNATE!  

LECTOR 2 Tocan a la puerta y un niño se asoma. 

LECTOR 1 Te buscan, mami, es el señor del otro día. 

LECTOR 2 Dile que no estoy, Pedrito.  

LECTOR 1 Disculpe, señor, pero dice mi mamá que no está. 

LECTOR 2 En el departamento de cuna en el templo. . . 

LECTOR 1 No llores, Lupita. Ahorita viene tu mamá, sólo fue al baño. 

LECTOR 1 Y 2          Mentira, el culto dura dos horas mínimo. Mamita no regresará pronto. 

LECTOR 1 En casa, al salir papá a trabajar la niña llora desconsolada. 

LECTOR 2 Ven, Marisol, mira, tu papá sólo fue a la tiendita. No se tarda nada. Vamos a ver a las chicas superpoderosas en lo que regresa.  

LECTOR 1 Y 2          Mentira, papá se fue a trabajar y regresará hasta la noche. 

LECTOR 2 En casa, acaba de fallecer la abuelita. 

LECTOR 1 ¿Por qué lloras, mami? 

LECTOR 2 Es que tengo algo en el ojo, reina.  

LECTOR 1 Y mi abue, ¿dónde está? 

LECTOR 2 Se fue de viaje por unos días. 

LECTOR 1 Oye mami, ya pasó mucho tiempo y mi abuelita no regresa. Ya la extraño, ¿cuándo va a venir? 

LECTOR 2 No te preocupes, está bien.  Solo faltan unos días más. 

LECTOR 1 Días después. . . 

LECTOR 2 Preciosa, fíjate que tu papi se tiene que ir de viaje. 

LECTOR  1 La niña llora. 

LECTOR 2 ¿Por qué lloras, nena? Sólo se va unos días, pronto regresa. 

LECTOR 1 No es cierto, me dijiste lo mismo con mi abuelita, y nunca regresó. Mi papi ya no va a regresar. 

LECTOR 2 En la sociedad femenil. 

LECTOR 1 Daniela prometió ayudarme con la reunión. ¿Por qué no habrá llegado? ¡En qué lío me metió! Contaba con ella. 

LECTOR 2 No sufras, Eli, lo más probable es que te dijo que sí para que no la molestaras más. En realidad, no tenía la más mínima intención de venir. Así es ella. 

LECTOR 1 ¿O sea que me mintió a propósito? 

LECTOR 2 Bueno, yo no le llamaría mentir. Solo que no te dijo la verdad, no quería ofenderte. 

LECTOR 1 y 2   ¿Y a eso no se le llama mentira? 

LECTOR 2 Fíjate, mamá, que todos vamos a ir a estudiar a casa de Linda. Te llamo más tarde. 

LECTOR 1 Hola, Esperanza.  ¿Cómo estás? Vi a tu hija muy acaramelada con Julián en el cine hace rato. No sabía que ya andaban juntos. Platícame, amiga, ¿cómo te va con ella? No quiero ser chismosa, pero era un escándalo ver la forma en que se comportaban. Yo me hice la disimulada… pero a este paso pronto serás abuela.  

LECTOR 2 ¡Ay, mamá, eres una exagerada y tu amiga una chismosa! No fui a casa de Linda, ¿y qué? Estaba segura que no me dejarías ir con Julián. Lo amo y no importa lo que tú digas. ¿A poco crees que esto es nuevo? Perdona que te desilusione, pero andamos juntos desde hace mucho. Los tiempos han cambiado, ¡actualízate! 

LECTOR 1 No puedo creer que me hayas mentido todo este tiempo. Ahora, ¿cómo voy a poder confiar en ti? Esto es una pesadilla. 

LECTOR 1 Y 2: ¿Dónde aprendiste a mentir? 

LECTOR 2 ¡Ay, mamá, no sé que hacer! ¿Quién se cree Julián que soy? ¡¿Tonta, o qué?! Ahora resulta que anda con otra. Es un mentiroso. ¿Qué voy a hacer?¿Dónde aprendió a mentir con tanta naturalidad? Y yo que siempre le creí. “Me voy a quedar a trabajar un poco tarde”. “Tengo un viaje de negocios, nos vemos la semana entrante”.  “No me esperes a cenar, se me complicaron las cosas en la oficina”.  ¿Y mis hijos? ¿Qué les voy a decir? 

LECTOR 1 ¿Estás drogándote, Alex? De un tiempo para acá actúas tan raro. . . 

LECTOR 2 ¿Cómo crees, papá?  Lo que pasa es que estoy cansado. 

LECTOR 1 No me mientas, porque si lo estás haciendo. . . 

LECTOR 2 No exageres. No es para tanto. 

LECTOR 1 ¡Me estás mintiendo, Alex! No lo voy a permitir. En esta casa no se miente. Yo nunca lo he hecho. 

LECTOR 2 ¿Estás seguro? ¿Y las veces que ofreciste llevarme al parque y no lo hiciste? ¿Recuerdas cuando prometiste llegar temprano para jugar conmigo? ¿Y aquella vez que me aseguraste que me ibas a castigar si reprobaba? ¡Nunca cumpliste, ni con los premios, ni con las amenazas! 

LECTOR 1 y 2    ¿No es lo mismo? También son mentiras. 

LECTOR 2 “No hablarás contra tu prójimo falso testimonio”. 

LECTOR 1 “Que tu sí sea sí y tu no, no”. 

LECTOR 2 “De palabra de mentira te alejarás”. 

LECTOR 1 “Destruirás a los que hablan mentira”. 

LECTOR 2 “No habitará dentro de mi casa el que hace fraude; El que habla mentira no se afirmará delante de mis ojos”. 

LECTOR 1 “Mas los perros estarán fuera, y los hechiceros, los fornicarios, los homicidas, los idólatras y todo aquel que ama y hace mentira”. 

LECTOR 2 “Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo”. 

LECTOR 1 Oye, volviendo a lo de Ananías y Safira, yo creo que a veces la Biblia es muy intolerante. Digo, yo los hubiera perdonado.  Imagínate si hoy nos pasara lo mismo. 

LECTOR 2 Supongo que todos estaríamos muertos. ¿Será cierto que Dios odia tanto la mentira? 

LECTOR 1 Y 2    Y tú, ¿mientes?

Anterior
Anterior

Eclipses proféticos

Siguiente
Siguiente

Los avisos de Dios