El científico y el universitario

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El joven al leer el nombre allí impreso, salió cabizbajo, sintiéndose más pequeño que una amiba

Noticiero Milamex, enero 2009 

Un señor de unos 70 años viajaba en tren y a su lado iba un joven universitario que estudiaba su libro de ciencias. El anciano leía un libro de portada negra.  

El joven vio que se trataba de la Biblia, abierta en el Evangelio de Marcos. 

Sin ceremonia el muchacho interrumpió la lectura del otro y le preguntó: 

—Señor, ¿usted todavía cree en ese libro de fábulas y cuentos? 

—Sí, mas no es un libro de cuentos, es la Palabra de Dios. ¿Estoy equivocado? 

—Pues claro que sí. Creo que debería estudiar la historia universal. Desde hace más de cien años la revolución francesa mostró la miopía de la religión. Solamente personas sin cultura todavía creen que Dios hizo el mundo en seis días. Debería conocer un poco más lo que nuestros científicos dicen de todo eso. 

—Y, ¿es eso lo que nuestros científicos dicen sobre la Biblia?  

—Tengo que bajar en la próxima estación y no tengo tiempo para explicarle, pero déjeme su tarjeta con su dirección para mandarle material científico por correo. 

El anciano entonces con mucha paciencia le dio una tarjeta al muchacho. Este al leer el nombre allí impreso, salió cabizbajo, sintiéndose más pequeño que una amiba. Porque la tarjeta decía: “Profesor doctor Louis Pasteur, director general del Instituto de Investigaciones científicas, Universidad. 

Louis Pasteur dijo: “Un poco de ciencia nos aparta de Dios. Mucha, nos aproxima”. 

(Hecho verídico ocurrido en 1892, es parte de una biografía).

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