De Luz, Oscuridad y Thor: Ragnarok

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Acción fantástica aderezada con humor

¡Atención!  Contiene spoilers (Avances de la película)

Por Rodrigo Mendoza

No es ningún misterio que a la humanidad le fascinan las dicotomías. Tendemos a llevar todo a extremos. Decimos que algo es bueno o malo, simple o complejo, sano o chatarra. Y por supuesto que existen los puntos medios, pero siempre tendemos a inclinarnos a algún lado. 

La dicotomía entre luz y obscuridad es algo que al hombre le fascina e intriga de manera muy particular. Y a través del tiempo, ha tenido diferentes formas de representarlo. Lo más básico es el día y la noche, por ser la fuente natural de esto, y los diversos dioses míticos que los han representado.  

Desde Hemera, diosa del día para los griegos, hasta los nueve señores de la noche para los aztecas, esta dicotomía genera un profundo deseo de dar un significado a algo que vemos y sentimos trascendente. De este modo la dicotomía es incluso utilizada en el arte, donde las figuras obscuras y sombrías son malas y aquellas que están llenas de luz son buenas. 

Para los cristianos esta dicotomía tampoco pasa inadvertida. Dios es para nosotros la esencia de la luz. Sin Él simplemente existe oscuridad y con esto nos referimos a sufrimiento. La obscuridad en sí misma no es algo que exista sino que es la ausencia de luz, la ausencia de Dios.  

Nosotros también tenemos un significado para esta dicotomía ya que Dios mismo nos permite ser luz cuando nos pide que seamos “sal y luz” para este mundo. 

El mundo de hoy ya no es un mundo de dioses como en la antigüedad. Ahora creamos ídolos de cosas cotidianas y estos se transforman en nuestros dioses. Sin embargo, la representación antigua de luz y obscuridad en personajes que son buenos o malos, y por ende de luz u obscuridad, ha continuado a través del relato de cuentos fantásticos como lo son los cómics. 

Marvel y DC comics son las editoriales de comics más grandes del mundo en la actualidad. No debe ser sorpresa que parte de las tramas de estas editoriales han salido de historias como las de los dioses griegos. En la actualidad es muy evidente en el relato del origen de Wonder Woman que resulta ser la hija de Zeus. 

Mi punto es, que los cómics y ahora las películas, también utilizan esta dicotomía. De una manera muy básica en personajes buenos y malos, pero yendo un poco más allá también se utilizan ciertos tonos, claros u obscuros, en el arte de los cómics (o películas) para generar ciertas sensaciones dependiendo de la audiencia que se está buscando.  

Por ejemplo, al inicio de la industria de los comics de personajes fantásticos, era común ver a un Superman muy colorido en su traje azul y un calzoncillo rojo, que dicho sea de paso era bastante llamativo. El Superman de Action Comics en los 30’s estaba diseñado para ser todo lo que un niño podría buscar en un héroe, una increíble fuerza, poder volar y por supuesto una llamativa imagen gracias a sus colores.  

En oposición, el Batman de Detective Comics (también en los treintas) era más sombrío y aunque dirigido también a niños podía atraer también la atención de adultos.

Las primeras publicaciones de Spiderman ilustradas para Amazing Fantasy comics en los 60 por Steve Ditko, eran mucho más “brillosas” que aquellas de Todd McFarlene quien ilustrara los cómics del superhéroe en una época más “madura” de la publicación. Los públicos para los cuales estaba dirigido no eran los mismos y pasa lo mismo hoy en día en las películas que podemos ver de Marvel y DC.

En Marvel vemos películas de personajes que brillan más. Si bien no son perfectos, en todo momento tratan de hacer lo correcto y en realidad se enfrentan poco a los tonos grises del bien y el mal que, en contraste, se observan en las películas de DC. En estas, los personajes suelen enfrentar dilemas morales más complejos como el caso de Batman en la trilogía de “El caballero de la noche” que, aunque hace el bien, puede ser bastante más brutal en sus métodos.  

De este modo, en mi opinión, las películas de Marvel se tratan de enfocar a una audiencia más joven que aprecia más en términos generales los colores brillantes y llamativos (la luz).  

Y las películas de DC van más por audiencias “maduras” a las cuales los tonos obscuros y opacos (obscuridad) producen una sensación de suspenso. No es que los adultos no vean o disfruten las películas de Marvel sino que así está diseñada la mercadotecnia detrás de estas películas. 

En el más reciente largometraje de “Thor Ragnarok”, se puede observar también esta dicotomía. Los tonos brillantes y colores llamativos que en general permean la película, ayudan a que sea agradable visualmente. El estilo de comedia la aligera y ayuda a no tomarla demasiado en serio. 

A primera vista la temática en “Thor: Ragnarok” es bastante lineal, pero no por ello es sencilla. Thor debe encarar una nueva amenaza (el “Ragnarok”), que implica la destrucción de Asgard, su hogar. Además debe enfrentar a un enemigo que es obscuro (Hela). Lo complicado es que este enemigo es su propia hermana desterrada por su propio padre.  

Mientras Thor “brilla”, su hermana siempre está rodeada de cierta obscuridad. Los personajes están pensados de esa manera. Incluso es posible ver cómo en el arte que figura en el techo de la sala principal del castillo real en Asgard, las pinturas reflejan a un Thor bueno, rodeado por tonos claros como representando la luz del día, y detrás de esto se esconden las imágenes del tiempo en que su hermana mayor vivía su apogeo y estas están llenas de tintes rojos opacos y obscuridad. 

No soy crítico de cine, pero sí cinéfilo. Recomiendo esta película ampliamente. ¿Por qué? Pues es diferente y probablemente algo que le hacía falta a Marvel y muy en específico a Thor. Sus pasadas presentaciones, aunque no horrendas, simplemente no eran nada que mereciera gran atención.  

En este caso, la película no pretende ser dramática y está presentada con un humor que puede llegar a ser muy bobo, pero al mismo tiempo no parece fuera de lugar. Podría ser la excepción una escena donde se hace burla del físico de Hulk.  

Al final, la película cumple como entretenimiento tanto para fanáticos (presenta partes de la historia de cómics de Planet Hulk, lo cual se agradece) como para aquellos que simplemente gustan de ver mucha acción fantástica aderezada con humor.

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