Ciudad de viudas

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¿Quién les contará del Dios de Noemí?

Por Keila de Macip

En el norte de la India se halla una ciudad llamada Vrindavan, mejor conocida como la «ciudad de las viudas». Miles de mujeres sufren de abandono y abuso, pues sin la protección de un esposo, se encuentran a la merced de familiares codiciosos y una sociedad que las ignora.

Muchas de ellas son extranjeras, principalmente bengalíes. Se refugian en los templos dedicados a Radha, y algunas reciben limosna por sus cantos a los dioses. Sin embargo, la mayoría de estas mujeres viven solitarias y sin esperanza.

En tiempos bíblicos las viudas tampoco la pasaban bien. Cuando Noemí perdió a su esposo y a sus dos hijos, decidió llamarse Amargura. ¿Qué futuro le aguardaba sin un patrimonio ni descendientes? Sin embargo, Dios no la olvidó. Le mostró su amor a través de Rut, una nuera bondadosa y considerada, y de Booz, un pariente lejano con un gran corazón.

El breve relato de Rut en la Biblia es un tributo al amor incondicional. Cada personaje principal se sacrifica de alguna manera por el bienestar de los demás. Tras bambalinas, Dios es el autor de una serie de acontecimientos que logran que Noemí vuelva a ser Placentera, y olvide su Amargura.

El mismo Dios cuida de nosotras hoy. A través del amor de los demás nos recuerda su presencia. Podemos alabarle porque no ha dejado de mostrarnos su bondad. Dios se preocupa por los indefensos, sean viudas o personas comunes, que necesitan de la misericordia divina en los días buenos y malos.

Las personas a nuestro alrededor también pueden acceder a este amor. La pregunta es: ¿quién les contará del Dios de Noemí?

Nota: El nombre Noemí significa Placentera. En el relato bíblico lo cambia por Mara, que significa Amargura.

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