La mujer hermosa
«La mujer virtuosa corona es de su marido; mas la mala, como carcoma en sus huesos»
Por Elisabeth F. de Isáis (1925-2012)
La Biblia tiene un concepto de belleza femenina un tanto diferente al que vemos en las revistas de moda. Es consolador saber que la Palabra divina considera la belleza física, como algo inferior a la belleza espiritual.
Claro está que como mujeres debemos procurar estar limpias, arregladas y pulcras en todo momento, pero nuestras cualidades de bondad, paciencia, amor y comprensión sobrepasan a una cara bonita y un peinado perfecto, según enseña la Biblia.
En el libro de Proverbios tenemos varios consejos en torno a este tema tan apasionante de la belleza femenina.
En primer lugar un versículo menciona a la mujer hermosa pero falta de inteligencia y dice así: «Zarcillo de oro en la nariz del puerco, es la mujer hermosa y apartada de razón» (Proverbios 11: 22). El autor nos ofrece una imagen ridícula, como una burla hacia ese tipo de persona.
Sin duda ha habido a través de la historia, muchos hombres que se han enamorado de una muchacha solo por su cara bonita y su bien formado cuerpo. Pero a la hora de casarse y vivir con ella, se han encontrado con que es vanidosa, no sabe platicar de nada interesante, no le gusta trabajar o sencillamente es una tonta. ¡Qué decepción y dolor pasar la vida al lado de un maniquí!
En el siguiente capítulo de Proverbios aparece otra enseñanza en cuanto a la mujer: «La mujer virtuosa corona es de su marido; mas la mala, como carcoma en sus huesos» (Proverbios 12:4). No solo es un peligro para el matrimonio la vanidad, sino también el mal carácter.
Es vital que las parejas se conozcan, hablen de sus intereses y de su relación con Dios. Que aprendan a llevarse bien antes de decidir casarse. Todo esto prevendrá a un joven de casarse con una mala mujer.
Uno de los pasajes más conocidos de Proverbios es el de la mujer virtuosa. En el penúltimo versículo se encierra el broche de oro de nuestro tema: «Engañosa es la gracia, y vana la hermosura; la mujer que teme a Jehová, esa será alabada» (Proverbios 31:30).
El principio de la sabiduría es el temor de Jehová y también es la base para el éxito de la mujer, aún más que la gracia y la hermosura.
Practiquemos esta belleza duradera que la Biblia nos aconseja, porque no se desvanece con el paso de los años.
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