Serie Consejos de vida: Sé valiente

Foto por Cynthia Ramírez 

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El valor no solo tiene que ver con visitas al médico. Es algo que involucra toda nuestra vida

Por Sally Isáis

La enfermera estaba con la aguja lista para enterrármela en el brazo y sacarme sangre.

—Es solo un piquetito, no te va a doler pequeña  —prometió.

Mi mamá respondió de inmediato: —No es cierto, señorita, por favor no le mienta a mi niña. Sí le va a doler. Pero no se preocupe, ella es valiente.

Cerré los ojos con fuerza, me mordí los labios decidida a no llorar ni gritar. Mi mamá me acarició y sujetó mi otro brazo. No estaba sola, ella estaba ahí. Resultó no ser la tortura que yo esperaba. Sin embargo, sí fue el inicio de múltiples visitas al laboratorio. 

Hoy en día, cada vez que tengo que estar en el cubículo indicado, ya muy acostumbrada al proceso, les digo dónde es más sencillo que encuentren mis venas, espero sin temor a que se llenen los tubitos necesarios y sigo con mi vida. 

Cuando me tocó llevar a mis hijos al laboratorio, les advertí lo mismo:  —Te va a doler, pero tienes que ser valiente. 

Siempre aseguraron que yo exageraba y que no era tan feo como había pronosticado. Incluso llegaron a decir:  —No sentí nada, mamá.

“Tienes que ser valiente”. Este consejo resultó ser muy importante en mi vida. No conocía las pruebas que Dios tenía planeadas para mí, mis padres, hijos, hermanos, amigos y compañeros de milicia. A la fecha, me maravillan aquellos que tienen que pasar mucho tiempo en el hospital, que sufren físicamente lo que otros no aguantarían ni por un ratito y aceptan con valentía ser como un alfiletero humano con tal de recuperar o mejorar su salud.

El valor no solo tiene que ver con visitas al médico. Es algo que involucra toda nuestra vida. Tenemos que practicarlo al servir a otros, amar, estudiar, dar pasos de fe, casarnos, no casarnos, iniciar nuevos trabajos o quedarnos en el mismo aun en medio de conflictos; tomar nuestro lugar, decir la verdad, aceptar nuevos retos, aventurarnos a mudarnos, hacer compromisos delante de Dios, tener esperanza y mucho más.

En el libro bíblico de Josué, en el primer capítulo, Dios le repite al sucesor de Moisés tres veces seguidas: Esfuérzate y sé valiente. Más adelante Josué anima a su ejército con las mismas palabras. La promesa que va con el mandato es lo que marca la diferencia: “Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas” (Josué 1:9).

Cuando le hemos entregado a Cristo Jesús nuestra vida, tenemos la seguridad de que nunca estamos solos. Él cumple sus promesas. No cambia, no falla y no miente.

Seamos valientes. En cualquier circunstancia, Dios está con nosotros.


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