Los gatos y la infertilidad

Foto por Andrea Hernández

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¿Mito o realidad?

Por Karina Rodríguez Chiw

Son animalitos de compañía que aportan grandes beneficios a la salud física y emocional pero se cree que pueden provocar infertilidad. ¿Qué tan cierto es?

Tener una mascota en casa aporta grandes ventajas para toda la familia. En el caso de los gatos son muchas, sobre todo para quienes disponen de poco tiempo y espacio. Por ejemplo, por su forma de jugar “usan el espacio de forma vertical no solo horizontal, les gusta treparse en libreros y otros muebles, les encanta subir a estructuras más altas donde pueden observar lo que sucede en el hogar”, afirma Édgar Islas Calderón, Médico Veterinario Zootecnista.

Por otra parte, el especialista advierte que su comportamiento es más independiente y requieren menos tiempo de atención debido a que “no hay que sacarlos a pasear para que hagan del baño o para ejercitarse como sucede con los perros, quienes necesitan salir por lo menos dos veces al día".

Además, sus periodos de contacto con los humanos son más breves, y eso no quiere decir que no sientan afecto, sino que su piel es más sensible a la presión, al frío y al calor; por eso necesitan menos tiempo para que los abracemos y toquemos”.

Sin embargo, pese a que son excelentes animalitos de compañía, los gatos no gozan de buena fama ya que se cree que provocan abortos e infertilidad, pero ¿qué tan cierto es esto?

¿Verdad o mentira?

El gato es la especie alrededor de la cual más mitos existen. Uno de ellos es que es peligroso para las mujeres embarazadas debido al Toxoplasma gondii, un parásito microscópico cuya presencia es muy común en los alimentos como frutas, verduras y carnes (crudas). Y es que aunque este parásito también está presente en animales como aves, roedores, herbívoros e incluso mamíferos como los perros, “en el intestino de los gatos, uno de los ciclos de vida de este parásito se completa con mayor facilidad”.

“En caso de que el gato de una mujer embarazada tenga este parásito debido a haber comido carne cruda, o bien porque ella tocó sus heces con la mano, podría infectarse y como consecuencia tener un aborto, pero no infertilidad como tal”, comenta Andrea Helena Passera, Médico Pediatra. 

Para evitar riesgos “se recomienda que las mujeres embarazadas eviten limpiar las cajas sanitarias o areneros y si lo hacen que sea con guantes de plástico desechables.

Además, en realidad un gato no provoca ningún problema de salud si el veterinario lo revisa periódicamente, si está desparasitado y si cuenta con todas sus vacunas. Y sobre todo si consume un alimento de buena calidad (procesado) ya que el parásito se adquiere normalmente si come otro tipo de alimentos (sobre todo crudos), o animales como aves o ratones que haya cazado”, afirma Édgar Islas Calderón, Médico Veterinario Zootecnista.

Otros riesgos

Es importante tomar en cuenta que la Toxoplasmosis, provocada por el Toxoplasma gondii, es una infección que puede convertirse en una enfermedad muy grave si se contrae durante el embarazo. Ya que no sólo puede causar un aborto, también puede ser transmitida al bebé y provocarle serios problemas de salud y defectos de nacimiento.

La mayoría de los niños que han sido infectados por esta enfermedad mientras se encontraban en el vientre materno no desarrollarán síntomas hasta que sean mayores. Los cuales generalmente incluyen: infecciones oculares, ceguera, sordera y dificultades relacionadas con el aprendizaje.

La toxoplasmosis puede ser contraída por una persona que tenga contacto con un animal que haya sido infectado por el parásito que provoca este padecimiento o a través del contacto directo con desechos, heces o productos de animales infectados.

Más vale prevenir…

· Mantén a tu gato dentro de tu casa y evita que salga. Los gatos caseros que comen comida de gato enlatada o deshidratada no se infectan con toxoplasmosis.

· Evita acercarte a gatos callejeros, o tener en tu casa gatos que vaguen constantemente por las calles.

· Usa guantes cuando arregles tu jardín para no tocar cualquier resto de materia fecal de gato.

· Si estás embarazada pídele a otra persona que limpie el arenero o caja de tu gato. Si tuvieras que hacerlo tú misma, utiliza guantes.

· Limpia a diario el arenero de tu gato (el parásito toxoplasma gondii toma más de 24 horas en llegar a ser infeccioso).

· Cocina las carnes cuidadosamente. Controla que la temperatura interna de las mismas sea de 72°C (160°F) y que la carne que estás cocinando no permanezca rosada en la parte interna.

· Lava cuidadosamente los utensilios que hayan entrado en contacto con carnes crudas, utilizando agua caliente y detergente.


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