La suegra envenenada

Foto por Cynthia Ramírez

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Los consejos para establecer el trato con la suegra, siempre son útiles

Redacción de Prisma

(Seleccionado de las redes)

Una leyenda china cuenta que una joven llamada Lee se casó y se fue a vivir con su marido y su suegra, como era la costumbre. Pero no se entendía con la viejita. Sus personalidades eran muy diferentes y Lee vivía irritada por los hábitos de la otra, quien la criticaba frecuentemente. 

De acuerdo con una antigua tradición, la nuera debía cuidar a la suegra y obedecerla en todo. Pero Lee no la soportaba más. Decidió visitar a cierto amigo de su padre y platicarle su problema. 

Él le entregó un paquete de hierbas y le dijo: “Mucho cuidado. No debes usarlas de una sola vez para liberarte de tu suegra, porque causaría sospechas. Es mejor dárselas poco a poco para que la vayan envenenando lentamente. Cada dos días pondrás un poco en su comida. Y para asegurarte de que cuando muera nadie sospeche de ti, deberás actuar siempre de manera muy amigable. No discutas y ayúdala a resolver sus problemas”. 

Muy contenta, Lee regresó a casa apurada para comenzar el proyecto. Pasaron las semanas y cada dos días, Lee le servía una comida especial a su suegra, siempre recordando el consejo de portarse muy bien para evitar sospechas. Así que controló su temperamento, obedecía amablemente a la anciana y la trataba como si fuese su propia madre. 

Después de seis meses, el ambiente del hogar estaba transformado por completo. Lee nunca peleaba con su suegra. De hecho, en esos meses no había tenido una sola discusión con ella; ahora parecía mucho más amable y fácil de llevar. Las dos mujeres se trataban como madre e hija. 

Así fue que Lee visitó de nuevo al amigo de su padre y le dijo: “Por favor, ayúdeme a evitar que el veneno mate a mi suegra. Ella se ha convertido en una mujer agradable y la amo como si fuera mi madre. No quiero que se muera por causa mía”. 

El bondadoso hombre sonrió y respondió: “No tienes de qué preocuparte. Tu suegra no ha cambiado; la que cambió fuiste tú. Las hierbas que te di eran vitaminas para mejorar la salud de tu suegra. El veneno estaba en tu mente y en tu actitud, pero ha sido echado fuera y sustituido por el amor”. 

En la China un viejo adagio reza: “La persona que ama a los demás, también será amada”. ¡No solo en China!  


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